Morena, blanca o de confitería, las muchas versiones de cristales de azúcar (Sacarosa) desempeñan diversas funciones y es un versátil auxiliar de jardinería. La jardinería no consiste sólo en plantar y desherbar; es un mundo de maravillas en el que las soluciones naturales pueden hacer magia. ¿Sabías que el azúcar puede venir al rescate de más de una manera? Exploremos algunos sorprendentes usos del azúcar en el jardín para el cuidado del mismo.
1. Atrae a los polinizadores comunes
A muchos visitantes del jardín les encanta el sabor de la sacarosa porque es fácil de digerir y libera rápidamente su energía. Los colibríes se alimentan de los néctares que producen las flores, pero también lo harán de una solución dulce. Las abejas disfrutan de un elemento extra en el menú a principios de primavera, cuando las flores escasean. Las mariposas también pueden alternar entre néctar y agua azucarada en función de la disponibilidad. Todos ellos son polinizadores que querrás atraer a tu jardín.
Para alimentar a colibríes y mariposas, disuelve 1 parte de azúcar en 4 partes de agua y ponlo en un comedero. Sin embargo, el jarabe tiende a fermentar, así que limpia el comedero y sustituye el agua sabrosa cada dos días.
En cuanto a las abejas, prefieren un jarabe más concentrado. Mezcla cantidades uniformes de azúcar y agua. Remuévelo bien para disolverlo y vierte el líquido en el comedero. Coloca estos comederos para atraer a estos insectos beneficiosos a tu jardín y observa cómo polinizan tus plantas de camino a un tentempié.
2. Revive las plantas moribundas
El azúcar puede utilizarse como remedio para reanimar las plantas moribundas. Sin embargo, sólo funciona en flores y hortalizas que sufren carencias de nutrientes o poca luz solar. El sirope azucarado puede sustituir a la glucosa que producen las hojas al procesar la luz solar. También puede aumentar la población de microorganismos beneficiosos del suelo que alimentan a la planta.
La moderación es la palabra clave cuando se trata de plantas frágiles. Añade 1 parte de azúcar de mesa a 4 partes de agua y alimenta la planta. Riega ligeramente la zona alrededor de la base, lo justo para humedecerla. Demasiado líquido saturando el suelo podría tener efectos adversos en las débiles raíces de las plantas moribundas, por lo tanto hazlo cada tres o cuatro días hasta que la planta se recupere.
3. Hace que las flores cortadas duren un poco más
Rodearse de flores cortadas de tu jardín tiene diversos beneficios para la salud. Reducen el estrés, mejoran el estado de ánimo y aportan un toque de color al espacio. Pero la vida útil de las flores cortadas puede ser breve.
Dependiendo del tipo y de las condiciones del jarrón, las flores pueden durar sólo unos días. No si el azúcar tiene algo que decir. El azúcar puede hacer que las flores parezcan más frescas durante más tiempo.
No todas las flores se benefician del agua dulce en el jarrón. Los narcisos y los tulipanes pertenecen a este grupo. Pero las peonías, los gladiolos, los lirios y las rosas, entre otras, prosperan en un medio azucarado.
Añade un poco de azúcar al jarrón y corta los tallos en un ángulo de 45 grados, para mejorar su aporte de nutrientes. Cada vez que cambies el agua del jarrón, añade un poco de azúcar para prolongar su vida.
4. Fomenta el crecimiento sano de las plantas
Las plantas fabrican su propio azúcar mediante la fotosíntesis. Esa glucosa es un elemento fundamental para que la vegetación del jardín cree tejidos y paredes celulares. Sin esta energía, el crecimiento se ralentiza, las enfermedades se propagan y la floración y fructificación ni siquiera llegan a producirse. A falta de luz solar o de follaje denso, el azúcar puede ser un sustituto adecuado.
La flora del jardín no puede procesar el azúcar de mesa, pero esta sustancia llena de energía es alimento para los microbios del suelo. Estos diminutos organismos descomponen la materia orgánica, haciendo así más accesibles los nutrientes a las raíces.
Para preparar un jarabe dulce, llena una olla con 4 tazas de agua y llévala a ebullición. Disuelve 1/4 de taza de azúcar blanco en el agua y déjalo hervir 5 minutos más. Cuando el jarabe se enfríe, aplícalo a las plantas, limitando las aplicaciones a una vez cada dos semanas. No lo utilices para alimentar plantas en flor, ya que una ingesta elevada puede retrasar la fase de floración en algunas plantas.
5. Mejora el enraizamiento de esquejes y trasplantes
Trasplantar tomates, pepinos y otras verduras al jardín puede ser problemático. Las plántulas pueden tardar mucho en crecer y su sistema radicular permanece poco desarrollado. El shock del trasplante y la insuficiencia de nutrientes en el suelo explicarían muchos de estos síntomas. Algunos jardineros aplican abonos ricos en potasio y fósforo para favorecer el rápido crecimiento de las raíces, pero no sin riesgos. Como alternativa, el azúcar y la levadura constituyen un excelente fertilizante fermentado casero.
La levadura está repleta de nutrientes, pero las plántulas no pueden absorberlos en su estado original. El edulcorante alimenta los microbios de la levadura para desencadenar la fermentación y la descomposición de los nutrientes.
Mezcla 1 cucharadita de azúcar y 1 cucharada de levadura en 1 taza de agua. Para facilitar la fermentación, guarda el líquido en un lugar oscuro y cálido durante unos días. Una vez completada la fermentación, mezcla la solución con una cantidad igual de agua para diluirla. Aplica el abono a las plántulas cuando las trasplantes para acelerar el desarrollo de las raíces.
6. Da un impulso vital al compostaje
Hacer compost es algo más que echar restos de comida al montón para que se descompongan. Bajo la superficie, las bacterias trabajan duro. Descomponen esas capas orgánicas y las convierten en alimento para las plantas.
Necesitan energía para seguir trabajando, pero la glucosa y la fructosa de los restos a menudo no son suficientes para sostener su intensa labor. Cuando se les acaba el alimento, el trabajo se ralentiza, lo que significa que se necesita un activador del compost. Y ahí es donde entra en juego el azúcar.
El azucar acelera el proceso de compostaje y aumenta la temperatura dentro del cubo. Ese calor extra ayuda a secar una parte excesivamente húmeda del compost. El azúcar sobrante se descompondrá en compost.
Para aplicarlo, mézclalo en el compost con una pala o un rastrillo de jardín para esparcirlo y airear la pila. Sin embargo, no abuses de este activador del compost. Demasiada cantidad podría atraer plagas y estropear una pila de compost bien equilibrada. Simplemente esparce una fina capa y luego mezcal bien.
7. Elimina las malas hierbas resistentes
Las malas hierbas son la pesadilla de jardines y céspedes. Privan a las plantas de agua y nutrientes, les cortan la luz del sol y albergan plagas. Para combatir las plantas invasoras, puedes arrancarlas a mano. Pero eso es mucho trabajo y no siempre las elimina para siempre.
Los herbicidas pueden ayudar, pero entrañan riesgos para tu salud y pueden ser letales para otras plantas. Aplicado correctamente, el azúcar puede eliminar las malas hierbas del jardín. Los gránulos agotan el nitrógeno del suelo, dejando pocos nutrientes para las plantas indeseables.
Esparce una taza de azúcar granulado alrededor de las raíces de las malas hierbas invasoras, asegurándote de evitar cualquier planta que no quieras matar. Evita regar el suelo mientras las malas hierbas estén vivas, reponiendo el azúcar cada pocos días. Cuando estén muertas, asegúrate de retirarlas junto con la tierra tratada.
8. Ahuyenta a las hormigas
Las hormigas pueden causar muchos daños a tus parterres y huertos. Es obvio que atrae a las hormigas, pero combinada con otros ingredientes, el azúcar es letal para las hormigas. Necesitarás cantidades iguales de azúcar, levadura seca y melaza. Mézclalos bien y sírvelos en un plato cerca de su nido. Después de comer la levadura, morirán.
El ácido bórico también puede ser eficaz para eliminar estas plagas. Mezcla porciones iguales de azúcar y ácido bórico en una taza de agua. Empapa bolas de algodón en la solución y colócalas cerca del hormiguero. El dulzor del líquido las atraerá, pero el ácido bórico las matará.
En cuanto al bicarbonato de sodio, tiene el mismo efecto que la levadura. Mezcla bicarbonato de sodio y azúcar en polvo a partes iguales en un plato y colócalo donde las hormigas puedan encontrarlo. El bicarbonato libera gases en el interior de sus cuerpos, provocando su muerte.
9. Mantiene alejados a los nematodos
Los nematodos son plagas graves que atacan las raíces de las plantas de jardín. Viven en el suelo y se agarran al sistema radicular con sus bocas en forma de aguja. Los nematodos pueden causar graves daños que atrofian el crecimiento de la planta.
Para confirmar una infestación, destapa las raíces y busca nudos, lesiones y ramificaciones inusuales. Resulta que a los nematodos les gusta el sabor dulce de la glucosa, y así es como hay que mantener alejados a estos gusanos de jardín.
El consumo de azúcar disminuye la producción de huevos en los gusanos, lo que a su vez puede controlar su población. Además, un consumo excesivo puede provocar un retraso del crecimiento y una muerte prematura.
Para aplicar el tratamiento, espolvorea los granos cerca de las plantas infectadas. Otra opción es disolver 1/2 taza de azúcar en 3 litros de agua y verterlo cerca de las plantas. Sin embargo, demasiado jarabe en el suelo podría empeorar las plantas, ya que puede impedir que las raíces absorban agua y nutrientes. Por eso, aplica el agua azucarada sólo una vez cada 10 o 14 días.
10. Funciona como trampa para las plagas voladoras
Decir que el jardín es un imán para las plagas es quedarse corto. Pero son las voladoras las que pueden ser una verdadera molestia y las más difíciles de atrapar, como las chinches y las moscas blancas.
Para capturar los bichos voladores, necesitarás una botella vacía de un litro, azúcar y agua. Corta unos centímetros de la parte superior de la botella con un cuchillo y retira la tapa. A continuación, llena la parte inferior con dos tazas de azúcar disueltas en una taza de agua.
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Para terminar el montaje, dale la vuelta a la parte superior para hacer un embudo e introdúcelo en el fondo de la botella. Ahora, coloca la botella en el jardín para que los insectos entren por el cuello de la botella y la parte superior, pero se queden atrapados.