Plantar junto a un muro o pared es complicado, incluso cuando sabes lo que estás haciendo. Pero sobre todo si no conoces las limitaciones de este espacio. Afortunadamente, también es una forma estupenda de añadir más espacio de cultivo a tu jardín, ocultar un muro antiestético o añadir más interés visual a una superficie que de otro modo sería monótona y uniforme. Así que sí, puedes crear un jardín estrecho contra un muro. Aquí tienes algunas cosas en las que deberías pensar.
3 cosas a tener en cuenta para plantar a lo largo de un muro
1. Piensa que la zona junto a un muro es un microclima
Incluso en los jardines más pequeños hay microclimas. Y las estrechas franjas a lo largo de un muro no son una excepción.
En primer lugar, pensemos en la orientación del muro. Un muro orientado al sur o al oeste recibirá más luz solar que un muro o valla orientados al norte. Por tanto, necesitarás diferentes tipos de plantas para estas condiciones.
Incluso a principios de primavera y finales de otoño, un muro orientado al norte puede no recibir luz solar directa. En el mejor de los casos, el sol puede llegar durante una o dos horas. Esto repercutirá directamente en la duración del periodo vegetativo de las plantas que elijas.
Ten en cuenta también que un muro almacena calor. Lo que será un estímulo para las plantas en primavera y otoño pero puede calentarse demasiado en verano.
Un segundo factor de la variable microclima es la precipitación. Dependiendo de la dirección desde la que caiga la lluvia, el muro puede proyectar la llamada «sombra de lluvia». Esto significa que la franja a lo largo del muro puede recibir menos precipitaciones que un borde abierto, por ejemplo. No es algo malo, siempre que lo tengas en cuenta a la hora de elegir tus plantas.
2. Piensa en la tierra que tienes para cultivar un huerto en la base de un muro
Según mi experiencia, la estrecha zona de la base de un muro no está precisamente llena de tierra rica. A menudo, esta franja puede estar llena de escombros, arena o simplemente restos de tierra excavada en la construcción. A veces, el césped puede extenderse hasta la base del muro, por lo que tendrás que añadir un poco de tierra vegetal y abono antes de plantar.
Si se trata del muro exterior de la casa, y no sólo de un muro de jardín, puede que incluso tengas que trabajar alrededor de una unidad de aire acondicionado, desagües u otros elementos arquitectónicos.
Por suerte, a diferencia de la orientación y la cantidad de precipitaciones, éste suele ser un factor sobre el que podemos influir. Empieza por pensar qué plantas piensas poner en el suelo.
A continuación, puedes excavar un par de centímetros de la tierra existente y sustituirla por tierra vegetal o compost de buena calidad. O simplemente excavar el compost y mezclarlo con la tierra existente, si ya tienes algo con lo que empezar.
3. Piensa en el sistema de soporte de tu huerto mural
Si vas a cultivar plantas trepadoras, ¿cómo vas a sujetarlas al muro?
Si vas a cultivar arbustos, ¿cómo los vas a colocar planos contra la pared?
Si vas a cultivar plantas perennes altas, ¿cómo te asegurarás de que no se caigan del muro?
Soy partidario de que haya el menor número posible de puntos de contacto con las estructuras. Así que digamos que estás cultivando algo que requiere un enrejado para trepar; es mejor fijar un enrejado a la pared (fijándolo en cuatro o seis puntos, dependiendo de su tamaño) que convertir la propia pared en un enrejado (y tener que taladrar más agujeros en tus paredes).
Las mejores plantas para plantar junto a un muro
Trepadoras: Aprovechan al máximo el espacio vertical. Variedades como la clemátide, la glicinia o el rosal trepador pueden embellecer la pared. Las rosas trepadoras pueden embellecer el muro con sus vibrantes flores. La hiedra, aunque invasora, deja un telón de fondo siempre verde.
Plantas perennes: Hay multitud de plantas perennes amantes del sol, perfectas para los bordes de los muros. En ejemplo, Salvia, Lirios de día y Sedum son excelentes opciones. Para muros sombreados, prueba con Hostas, Astilbes o helechos.
Arbustos: Los arbustos compactos, como el boj o las hortensias enanas, pueden formar un borde atractivo y de bajo mantenimiento. La lavanda y el romero son otra gran opción, con la ventaja añadida de sus deliciosos aromas.
Bulbos: Los narcisos, los alliums o los lirios pueden añadir un toque de color en primavera o verano. Planta los bulbos a diferentes profundidades para prolongar la temporada de floración.
Céspedes: Las gramíneas ornamentales, como la festuca azul o el pennisetum, aportan textura y movimiento. Resultan especialmente llamativas cuando están iluminadas por el sol.
Cubresuelos: Plantas como el tomillo rastrero o la vinca pueden cubrir el suelo desnudo, suprimir las malas hierbas y crear una alfombra de color..
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