La achicoria roja (cichorium intybus) también conocida como Radicchio, es un tipo de achicoria de hoja que presenta hojas de color rojo-púrpura oscuro y venas blancas. Aunque suele confundirse con la lombarda o la lechuga, la achicoria tiene un sabor claramente amargo que combina bien con muchos platos. Este artículo veremos cómo sembrar y cultivar achicoria roja de manera orgánica.
Introducción
Si vives en Europa, China o Estados Unidos, es probable que pronto veas las flores de achicoria roja silvestre en plena floración. La achicoria silvestre crece prácticamente en cualquier lugar y sus flores son imposibles de pasar por alto. Agrupadas en racimos al borde de la carretera, las flores se encuentran entre las más llamativas del brillante paisaje veraniego.
La famosa achicoria amarga de la cocina italiana es en realidad una variedad de esta planta silvestre perenne, aunque nunca se adivinaría por su aspecto. Hay tres formas principales de achicoria: las de cabeza esférica, que tienen forma de col; las verticales, que tienen hojas puntiagudas; y las de cabeza cerrada, que se parecen más a la lechuga.
Cómo cultivar la achicoria a partir de semillas
Lo ideal para cultivar achicoria roja es hacerlo en su lugar definitivo de cultivo, ya sea en macetas o en el suelo de la huerta. La achicoria florecerá en un lecho de jardín soleado y bien preparado, con un suelo húmedo y moderadamente fértil.
Puedes comenzar a cultivar achicoria roja a principios de la primavera, unas dos o tres semanas antes de la última helada. Pero también puedes hacerlo a mediados de verano para cosechar en otoño.
Siembra las semillas de achicoria de manera uniforme en hileras con una separación de 30 cm. Cubre las semillas con un centímetro de tierra fina, apisona ligeramente la tierra sobre las semillas y riega suavemente el lecho de siembra.
Las plántulas de achicoria deberían emerger una o dos semanas después de la siembra, dependiendo de las condiciones del suelo y del clima.
Puedes empezar a ralear cada hilera cuando las plántulas alcancen los cinco centímetros de altura. Acorta tu hilera de achicoria gradualmente, dejando sólo las plantas jóvenes más fuertes a una distancia de 30 cm.
Cuidados y mantenimiento
Mantén las malas hierbas bajo control colocando una capa de mantillo alrededor de los parterres durante la temporada de crecimiento. Las malas hierbas compiten con las plantas hortícolas por el agua, el espacio y los nutrientes. Ten cuidado al desherbar alrededor de las hortalizas ya que la achicoria tiene raíces poco profundas.
Mantén las plantas bien regadas durante los períodos de sequía para promover un crecimiento rápido e ininterrumpido. Si es posible, utiliza un sistema de riego por goteo que suministre agua a baja presión a nivel del suelo.
Si riegas con aspersores aéreos, hazlo a primera hora del día. De este modo, el follaje tendrá tiempo suficiente para secarse antes de la noche. Mantén la tierra húmeda pero no saturada.
Aunque la achicoria rara vez se ve afectada por plagas y enfermedades, revisa tu parcela con regularidad.
Cosecha de la achicoria
Una vez que la planta está bien establecida, puedes cosechar hojas individuales de achicoria en cualquier momento. Si quieres cosechar cabezas de achicoria completas, hazlo cuando estén firmes al tacto. Por lo general, esto ocurrirá alrededor de los 65 días después de la siembra. Cuanto más vieja sea la cabeza, más amargo será su sabor.
Si la achicoria fresca es demasiado amarga para tu gusto, intenta cosechar las cabezas después de una helada, ya que el frío tiende a endulzar su sabor.
Para quienes no les importe su sabor ligeramente amargo, la achicoria es un excelente sustituto de la lechuga en las ensaladas. También se pueden saltear o cocer las hojas al vapor. La cocción a la parrilla también endulza el sabor de la hortaliza.
Cómo almacenar y añadir la achicoria a la dieta
Elige la achicoria de color rojo intenso y con nervaduras blancas prominentes. Evita las plantas con magulladuras, grietas o puntos blandos.
La mayoría de las achicorias crudas, sin lavar, se conservan hasta 2 semanas en el cajón de la nevera.
Para preparar la achicoria, recorta o retira las hojas exteriores y lava la cabeza con agua fría antes de utilizarla.
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La achicoria puede picarse y comerse cruda en ensaladas, asada en trozos o cocinada en platos calientes como sopas, risotto y pasta. También puede cortarse en dados y añadirse a la pizza. El uso de la achicoria con ingredientes dulces o ácidos puede reducir o complementar su sabor amargo.