El árbol de mandarina (citrus reticulata) es un árbol frutal de la familia de las rutáceas, cultivado por sus cítricos, las mandarinas, que son muy ricos en vitamina C. El mandarín es nativo del sudeste asiático, particularmente de Vietnam y China. Su aparición en Europa y en América se remonta a principios del siglo XIX. Es el fruto saludable del invierno, lleno de vitaminas y bajo en calorías. El mandarín ofrece sus frutos ricos en vitaminas en el corazón del invierno. Descubre nuestros consejos sobre cómo plantar y cultivar mandarina fácilmente.
Características del árbol de mandarina
- Tipo: árbol frutal
- Altura: hasta 5 m
- Color de la flor: blanco
- Nombre de la fruta: mandarina
- Exposición deseada: soleado
- Tipo de suelo: bien drenado
- Follaje: siempre verde
- Variedades: Citrus reticulata, Citrus reticulata blanco
Cultivar mandarina a partir de semilla
Primero quita las semillas del fruto y enjuágalas bajo el agua del grifo. Asegúrate de limpiar todo el jugo y quitar toda la pulpa de la fruta alrededor de las semillas. Cualquier pedazo de fruta que quede alrededor de las semillas se pudrirá cuando se planten en el suelo y esto podría llevar a la formación de moho u hongos que podrían destruir las semillas y hacer que cualquier germinación fracase.
Luego coloca las semillas en una taza de agua a temperatura ambiente (preferentemente de lluvia) y déjalas descansar por 24 horas. Aunque empapar las semillas en agua antes de plantarlas no es necesario para la germinación, aumenta la posibilidad de que las semillas germinen con éxito.
Planta cada semilla en una maceta de 7 cm de diámetro. Pon la semilla a 1 cm de profundidad en un suelo rico en tierra para macetas y bien drenado con un equilibrio de pH neutro o ligeramente ácido. Riega la tierra en la maceta hasta que esté empapada y deja que se drene.
Haz uno o dos pequeños agujeros en una pequeña bolsa de plástico transparente. Coloca la bolsa encima del tarro para que actúe como una barrera, manteniendo el calor y la humedad en la superficie del tarro. Asegura la bolsa en su lugar, si es necesario, con una banda de goma alrededor de la base de la bolsa y el borde superior del frasco.
Pon el tarro cerca de una ventana que reciba sol o afuera en un balcón donde recibirá unas horas de luz solar directa cada día. Retira la bolsa de plástico tan pronto como la planta de semillero emerja y exceda el espacio proporcionado por la bolsa. Riega las plántulas cuando la superficie del suelo parezca demasiado seca.
Trasplantar el pequeño árbol una vez que las raíces aparezcan alrededor de los agujeros de drenaje de la maceta o cuando hayan alcanzado la altura de 15 a 20 cm. La plántula de mandarina resultante puede ahora plantarse en una maceta más grande o en el exterior en una zona del jardín donde no haya demasiada sombra.
Cultivo de mandarina en maceta
El mandarín, está acostumbrado al sol y no podrá resistir temperaturas invernales demasiado bajas, lo que hace que su cultivo sea bastante difícil en lugares donde nieva. Sin embargo, donde el invierno es suave, puede plantarse al aire libre en un portainjertos que lo haga más resistente.
Para un cultivo de interior, es aconsejable cultivar el mandarín en otoño, en un suelo bien drenado. Las macetas deben estar protegidas en invierno en un espacio sin calefacción, pero sin heladas ya que los cítricos son muy sensibles.
Para cultivar mandarina en maceta, la maceta debe ser lo suficientemente grande. Hasta que el mandarín sea adulto, es necesario replantar cada 2 o 3 años para cambiar la tierra agotada de nutrientes.
Llena las macetas con bolas de arcilla para asegurar un buen drenaje, y también con una mezcla de tierra para macetas, tierra del jardín, arena y abono.
A pesar del hecho de que la mandarina de interior no tiene pretensiones en relación con el suelo, los expertos recomiendan encarecidamente que se tome este momento en serio. Es mejor usar una mezcla que incluya:
- Un trozo de tierra de hoja
- 3 partes de suelo herboso
- Una parte de estiércol de vaca podrido
- Arcilla
- Arena
Método de reproducción del mandarín
La forma más económica de obtener un joven árbol de mandarina es cultivarlo a partir de una semilla. Este enfoque requerirá mucho tiempo y paciencia. Pero si el árbol ya existe y quieres multiplicarlo prueba el siguiente método:
Propagación en capas de ramas bien formadas. Elige una rama de un mandarín adulto que tenga 4 mm de grosor y el largo suficiente para doblarla y fijarla al suelo. No es necesario separar la rama del arbusto, sólo hay que taparla con tierra.
La parte superior actuará sobre la superficie del suelo. Mantén el sitio siempre húmedo. Cuando se forman nuevas raíces en una capa, separar la rama de la planta madre y pasar a una maceta grande o directo al suelo.
El cuidado del mandarín
El mandarín no es realmente complicado desde el punto de vista del mantenimiento. Sólo necesita un riego muy regular, y el suelo debe permanecer húmedo entre dos riegos.
En cuanto al mantenimiento, si cultivas mandarinas en maceta será necesario pellizcar los extremos de las ramas al comienzo de la primavera para limitar el desarrollo del árbol. La poda también es necesaria cuando aparecen las flores.
Luego poda las flores justo encima de los racimos, lo que permitirá que la savia se concentre para la fabricación de las mandarinas.
Aunque se aprecie la mandarina por su sabor en la boca, un cultivo en interiores no debe dar esperanzas de una gran cosecha de fruta. Sin embargo si se cultiva en el exterior su producción será cada año mayor y mejor.
Enfermedades y plagas del mandarín
El mandarín puede estar afectado por el Citrus exocortis. Esta enfermedad puede llevar a la disminución de los cítricos.
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Los insectos escamosos, los pulgones y las moscas blancas también pueden atacar a los mandarines.
Una idea sobre “Cómo plantar y cultivar Mandarinas de manera orgánica”
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