Cómo revivir Orquídeas y lograr que vuelvan a florecer

Las orquídeas son preciosas plantas de interior. Aunque no son difíciles de cultivar, es esencial cuidarlas bien para que vuelvan a florecer. Si no se satisfacen las necesidades de las plantas, pueden empezar a mostrar signos de sufrimiento y acabar muriendo.

orquídeas vuelvan a florecer

Si tu orquídea lleva tiempo sin florecer, no te desesperes. La mayoría de los tipos de orquídeas florecen una o dos veces al año y entran en letargo durante varios meses.

Empieza a preocuparte cuando lleve un año o más sin florecer o si muestra otros signos de mala salud, como hojas amarillas, caída excesiva de hojas o marchitamiento. Incluso entonces, varias medidas pueden devolverle la vida.

Prueba estas tácticas probadas y utilizadas por entusiastas y expertos para conseguir que las orquídeas vuelvan a florecer cada año.

1. Deja que la orquídea entre en reposo vegetativo

Las orquídeas no son como algunas plantas de interior -las violetas africanas, por ejemplo-, que se pueden abonar hasta que florecen casi constantemente. La mayoría de las orquídeas necesitan entrar en reposo durante un tiempo antes de volver a florecer.

Una orquídea sana florece durante varias semanas, incluso dos o tres meses, y luego entra en reposo de seis a nueve meses. Deja que tu orquídea descanse durante este periodo para que pueda volver a florecer cuando esté lista.

Sin embargo, hay excepciones, como las orquídeas Phalaenopsis, que no entran verdaderamente en letargo. Si tienes esta variedad, no le quites el tallo, ya que puede volver a florecer en la misma espiga.

En la mayoría de las orquídeas, el letargo comienza cuando caen los últimos pétalos. Cuando esto ocurra, corta el tallo floral y prepara la planta para descansar. Reduce el riego y deja de abonarla.

Coloca la planta en reposo en un lugar con temperaturas ligeramente frescas, en torno a los 15 o 18°C (60 o 65°F). Asegúrate de que la planta esté en la oscuridad durante toda la noche.

2. Comprueba las raíces y trasplante

hacer florecer orquídeas

Si tu orquídea no vuelve a florecer o tiene mal aspecto, es posible que necesite que le cuiden las raíces y le cambien la maceta. Una buena señal de que necesita una maceta más grande es que las raíces cuelguen por los bordes o salgan por el orificio de drenaje. Además, si parece demasiado grande para su maceta y pesa demasiado, probablemente necesite un trasplante.

Para trasplantar una orquídea, saca la planta de su maceta y examina las raíces. Una planta sana debe tener las raíces verdes y carnosas. Las raíces de color verde pálido y ligeramente flácidas no son buenas, pero pueden reanimarse. Recorta las raíces claramente muertas, las que sean marrones, blandas o estén totalmente secas.

Elige un recipiente un poco más grande que el que ya tenía y utiliza un sustrato fresco para orquídeas. El sustrato pierde nutrientes y debe sustituirse cada uno o dos años.

Importante: Nunca trasplantes una orquídea mientras esté floreciendo. Espera hasta que las flores se hayan caído por completo.

3. Ajusta el programa de riego

regar orquídeas correctamente

Comprobar las raíces es importante para determinar la salud de la planta, pero también para evaluar su programa de riego habitual.

Aprender a regar las orquídeas suele ser una cuestión de ensayo y error. Mucha gente teme regarlas en exceso y acaba sumergiéndolas, en cuyo caso verá las raíces marchitas.

Si has regado en exceso, las raíces pueden estar blandas y pastosas, mostrando signos de podredumbre. Ajusta el programa de riego según sea necesario y recorta las raíces podridas.

4. Remoja una orquídea seca

Si la orquídea ha estado sumergida en el agua, dale un buen remojo antes de trasplantarla y adaptarla a un nuevo programa de riego. Una orquídea puede parecer muy seca y arrugada pero volverá la vida después de remojarla.

Cultivar orquídeas en agua es una solución popular que puede rescatar a las plantas enfermas, aunque en lugar de sumergirlas constantemente, las orquídeas suelen alternar entre húmedo y seco para imitar su entorno natural. No se deben sumergir las raíces por completo, solo sumerge las de abajo y deja las de arriba sin agua (como muestra la imagen la siguiente imagen).

Tras sacar la orquídea de la maceta, limpia y comprueba las raíces. Corta las que parezcan demasiado dañadas para recuperarse.

Llena una maceta con agua destilada o filtrada a temperatura ambiente e introduce en ella las raíces limpias de la orquídea.

Asegúrate de que la corona de la planta está por encima de la línea de flotación. Si es necesario, utiliza clips y bridas para sujetar la planta.

Alterna el remojo durante el día y deja que las raíces se sequen durante la noche, repite la operación durante varios días y utiliza agua limpia cada vez. Si observas que las raíces están pastosas o podridas, prolonga los periodos de secado.

Si la orquídea es recuperable, debería empezar a mostrar signos de que vuelve a la vida: hojas más regordetas, hojas más vivaces, nuevo crecimiento de las raíces y crecimiento de las hojas. Puede tardar hasta un mes, así que ten paciencia. Cuando parezca más feliz, es el momento de trasplantarla.

5. Ajusta otros parámetros

Si los problemas de riego y el letargo no parecen ser el problema y la orquídea no vuelve a florecer, comprueba y ajusta otras condiciones de cultivo importantes.

Lee sobre tu tipo de orquídea para determinar si recibe la cantidad adecuada de luz solar. La luz inadecuada es un problema común. Los signos son hojas de color verde oscuro y crecimiento atrofiado. Deja que tu orquídea pase más tiempo bajo luz brillante, natural o artificial.

Las orquídeas necesitan mucha humedad, sobre todo cuando hace calor. Si el aire de tu casa es seco, coloca una bandeja con guijarros debajo de la orquídea o rocíala regularmente con agua. También puedes colocarla cerca de un humidificador o en un cuarto de baño con buena luz.

El sustrato de cultivo de las orquídeas no es rico en nutrientes, por lo que es imprescindible abonarlas. Utiliza un abono específico para orquídeas, soluble en agua, siguiendo las instrucciones de la etiqueta. También puedes utilizar un abono normal y equilibrado, pero diluido a la mitad o a la cuarta parte. No abones las orquídeas durante el reposo vegetativo.

Por último y muy importante para que las orquídeas vuelvan a florecer, asegúrate de que tu orquídea crece en el rango de temperatura adecuado. No todas las orquídeas proceden de selvas tropicales cálidas. Las hay de crecimiento fresco, intermedio y cálido. Averigua qué tipo tienes y asegúrate de que no es demasiado cálido ni demasiado frío. Todas las orquídeas deben tener un descenso de temperatura por la noche.

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