Cómo y cuándo abonar las plantas de interior para mantenerlas sanas

Saber cómo y cuándo fertilizar tus plantas de interior es muy importante para mantenerlas siempre verdes y florecientes. Aquí obtendrás consejos sobre cómo y cuándo abonar plantas de interior, y también te enseñamos qué artículos de la despensa puedes usar para mejorar tus plantas.

abonar plantas de interior

¿Tus plantas de interior tienen hambre? Si llevan tiempo en la misma tierra, probablemente sí. Con el tiempo, el riego les quita nutrientes y, como están en macetas, no pueden echar raíces para alimentarse. Los síntomas son un crecimiento atrofiado o débil, hojas amarillas o clorosis (amarilleamiento entre las venas de las hojas).

El abono fresco puede darles un empujón, pero antes de aplicarlo, comprueba que el problema no se deba a otra cosa, como insectos, enfermedades o riego inadecuado. Una vez eliminadas esas posibilidades, podrás devolver la salud a tus plantas de interior.

Una regla general es abonar sólo cuando las plantas estén creciendo activamente, desde principios de primavera hasta finales de verano. Durante este periodo, en el que las plantas crecen activamente, es cuando más se beneficiarán de los nutrientes frescos. Alimentarlas mientras están inactivas puede quemar su follaje o incluso matarlas. En general, puedes abonar tus plantas quincenal (cada dos semanas) o mensualmente.

Cuando abones, no te excedas. Demasiado puede ser peor que poco, así que sigue las instrucciones del producto que utilices. Si quieres ir sobre seguro, diluye los fertilizantes líquidos a la mitad.

En los viveros y centros de jardinería venden abonos líquidos, en barra y en pastilla, o puedes comprar formas de liberación lenta o granulares. Aunque son fáciles de usar, a algunos jardineros no les gustan los fertilizantes en barra ni en pastilla porque consideran que no dispersan bien el abono por toda la maceta.

Los fertilizantes líquidos pueden añadirse directamente a la regadera. Algunos están pensados para usarse cada vez que riegas o cada dos veces. Lee la etiqueta del producto para saber cuándo y cuánto aplicar.

Los fertilizantes de liberación lenta, vienen en gránulos recubiertos de resina que se liberan con el tiempo. Sus nutrientes se liberan lentamente cada vez que se riega. Estos pueden ser más caros que otros tipos, pero una aplicación puede durar meses.

Los abonos de uso general para plantas de interior son adecuados para la mayoría de las plantas. Contienen tres macronutrientes importantes: nitrógeno (N) para el crecimiento del follaje, fósforo (P) para favorecer las raíces y potasio (K) para una floración sana. Algunos abonos también contienen micronutrientes como manganeso, boro y magnesio.

Para obtener los mejores resultados, utiliza abonos especiales para plantas tropicales, cactus y otras plantas de interior.

Muchos jardineros prefieren los abonos orgánicos a los químicos porque se descomponen con el tiempo y mejoran el suelo, ayudándole a retener más nutrientes y agua. Los abonos orgánicos suelen proceder de residuos vegetales (compost), desechos animales (estiércol) o minerales en polvo, como la harina la tierra de diatomeas. A veces se denominan «naturales», aunque pueden haber sido ligeramente procesados.

Si tu planta de interior no crece o se le salen las raíces del fondo del recipiente, cámbiala a una maceta más grande. Utiliza una mezcla orgánica para macetas y un fertilizante líquido para estimular el nuevo crecimiento.

¿Quieres fertilizar tus plantas de interior de forma natural y ahorrar dinero? Prueba a utilizar restos de cocina o artículos domésticos, como éstos:

Cáscaras de huevo: Guarda las cáscaras de huevo usadas, tritúralas y añádelas al agua hirviendo. Déjalas reposar toda la noche, cuela el agua y úsala para dar a tus plantas un aporte de calcio.

Posos de café: Mezcla cantidades iguales de posos con agua del grifo para refrescar las plantas ácidas, como los helechos. Los posos contienen potasio y magnesio, que estimulan el crecimiento de las plantas.

Té: También puedes regar con una solución de una bolsita de té verde remojada en dos litros de agua. Deja que el agua se enfríe antes de usarla.

Sal de Epsom: Contiene magnesio y sulfato que ayudan a que las plantas estén verdes y exuberantes. Riégalas dos veces al mes con una cucharada de sal de Epsom disuelta en un litro de agua fría.

Agua del acuario: Cuando limpies tu pecera de agua dulce, guarda el agua para tus plantas. Los desechos de los peces son muy buenos para ellas. Nunca utilices el agua de una pecera de agua salada.

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