Falta de nitrógeno en suelo y plantas; cómo identificar y solucionar

¿Tu jardín parece un poco apagado últimamente? Las hojas amarillentas y el crecimiento atrofiado pueden indicar una falta de nitrógeno en el suelo. El nitrógeno es como una multivitamina diaria para tus plantas: facilita la fotosíntesis, produce un crecimiento verde y exuberante y ayuda a las plantas a resistir las enfermedades. Sigue leyendo para aprender sobre la falta de nitrógeno en el suelo y 10 formas naturales y sencillas de añadir este al suelo.

falta de nitrógeno en el suelo

Por qué las plantas necesitan nitrógeno

El nitrógeno es un macronutriente que todas las plantas necesitan para desarrollarse. Desempeña varias funciones clave:

  • Produce clorofila, que da a las hojas su saludable color verde.
  • Ayuda a las plantas a absorber el fósforo y el potasio.
  • Ayuda en la fotosíntesis, el proceso que impulsa el crecimiento de las plantas.
  • Crea aminoácidos, los componentes básicos de las proteínas.
  • Aumenta la producción de flores y frutos para obtener cosechas abundantes.

Sin el nitrógeno adecuado, las plantas se atrofian y amarillean. Su crecimiento se ralentiza y producen menos.

La adición de nitrógeno fertiliza la red trófica del suelo, es decir, todos los microbios, hongos y bacterias que contribuyen a la salud de las plantas. También mejora la retención de humedad y la estructura del suelo.

Cómo saber si el suelo necesita nitrógeno

Presta atención a tus plantas: ellas le indicarán si necesitan más nitrógeno. Los signos de deficiencia incluyen:

  • Hojas amarillentas (clorosis)
  • Crecimiento atrofiado y menor rendimiento
  • Floración y fructificación deficientes
  • Mayor susceptibilidad a las plagas y enfermedades

Analiza el suelo para determinar los niveles exactos de nitrógeno. Los kits de análisis son baratos, o puedes enviar muestras a un laboratorio para que las analicen con detalle.

El nitrógeno debe representar entre el 2 y el 5% de la composición total del suelo. Todo lo que esté por debajo del 1-2% indica deficiencia.

Abonos naturales para añadir nitrógeno al suelo

No necesitas fertilizantes de lujo para dar a tu suelo un impulso de nitrógeno. Muchos artículos domésticos comunes son excelentes fuentes de nitrógeno orgánico.

Posos de café

Los posos de café son ricos en nitrógeno. Espolvoréalos alrededor de las plantas o mézclalos con la tierra. También reducen el pH, así que utilízalos con moderación en plantas ácidas como los arándanos.

Compost

El compost contiene nitrógeno y otros nutrientes que las plantas necesitan. Mézclalo de 2 a 5 cm en los arriates antes de plantar o cubre las plantas en crecimiento. No te excedas: demasiado nitrógeno puede quemar las plantas.

Estiércol

El estiércol añade nitrógeno a medida que se descompone. Es importen tener en cuenta que debe dejarse reposar durante 6 meses antes de usar.

Recortes de hierba

Los recortes frescos son un mantillo rico en nitrógeno o una enmienda para el suelo. Déjalos secar antes de utilizarlos para evitar que se apelmacen. No utilices recortes de césped tratado con herbicidas.

Ceniza de madera

La ceniza de madera añade nitrógeno, potasio y calcio y aumenta el pH. Espolvorear ligeramente alrededor de las plantas o incorporar al suelo. Utilízalo con moderación, ya que un exceso de ceniza puede quemar las plantas.

Harina de alfalfa

La harina de alfalfa proporciona nitrógeno fácilmente disponible para estimular el crecimiento. Aplícalo en el suelo antes de plantar o en los cultivos secundarios.

Harina de sangre

La harina de sangre es sangre seca en polvo procedente de mataderos. Proporciona nitrógeno de acción rápida, pero puede quemar las plantas si se aplica en exceso. Utilice 500 gramos por 10 metros cuadrados.

Harina de plumas

La harina de plumas está hecha de plumas de aves de corral. Libera nitrógeno lentamente a medida que se descompone. Aplica entre 500 g y 1 kg por 10 metros cuadrados alrededor de las plantas.

Emulsión de pescado

Los abonos de emulsión de pescado aportan nitrógeno y fósforo. Tienen un olor desagradable pero nutren la vida del suelo. Sigue las dosis indicadas en la etiqueta.

Cultivar leguminosas

Las legumbres como los guisantes, las judías, el maní y el trébol forman relaciones simbióticas con bacterias fijadoras de nitrógeno. Su cultivo enriquece el suelo para otros cultivos. Planta alguna de ellas donde haya falta de nitrógeno, luego cuando la planta cumpla su ciclo y termines de cosecharla, cultiva en ese lugar otras plantas que necesiten más nitrógeno.

Cuándo añadir nitrógeno al suelo

La primavera y el otoño son los mejores momentos para añadir nitrógeno cuando las plantas entran en las fases de crecimiento. Evita añadir nitrógeno con el calor del verano, ya que puede escurrirse antes de que las plantas puedan utilizarlo.

La excepción es el abonado lateral, es decir, espolvorear fertilizante alrededor de las bases de las plantas en crecimiento activo. Proporciona un aporte inmediato de nitrógeno.

Las fuentes de nitrógeno de liberación lenta, como el compost y el estiércol, pueden añadirse en cualquier momento. Aplícalo en otoño para que esté disponible la primavera siguiente.

¿Cuánto nitrógeno necesita el suelo?

Sigue las dosis indicadas en los envases cuando utilices fertilizantes comerciales, estiércol y harinas. Como regla general para huertos:

  • Abono: 3-6 cm esparcidas sobre las camas, mezcladas en las 10 cm superiores.
  • Posos de café: 1-1.5 kg por 10 metros cuadrados.
  • Alfalfa/harina de sangre: 1-2 kg por 10 metros cuadrados.
  • Recortes de hierba: 2-4 kg por 10 metros cuadrados.
  • Estiércol: 1-2 kg por 10 metros cuadrados.

Recuerda, la falta de nitrógeno en el suelo es un problema, pero demasiado puede quemar las raíces de las plantas, por lo que la moderación es clave. Más no siempre es mejor.

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