Inspirada en la observación de la naturaleza, la permacultura tiene algo para seducir a más de un jardinero. Este tipo de jardinería resulta ser mucho menos laboriosa y a menudo da mejores resultados en términos de calidad y cantidad. Por eso hoy te enseñamos como preparar la tierra para la huerta orgánica y los métodos naturales más usados para regenerar y preservar el suelo de los cultivos orgánicos casi sin esfuerzo. Inspirados en la permacultura estos métodos ayudan a tener un suelo de cultivo muy rico, sano y nutritivo para las plantas del huerto.
Preparar el suelo para la huerta orgánica
Cuando empiezas con un huerto orgánico, tienes que preparar el suelo de una vez por todas (¡o casi!). Si está desnuda o cubierta por unas pocas hierbas anuales o perennes indeseables, se debe aflojar sin darle la vuelta usando una pala de dientes..
Consejo: puedes poner capas de cartón en otoño para facilitar el trabajo durante el invierno. Esto debilita las malas hierbas al privarlas de luz. Ten cuidado, tienes que usar cartón crudo, es decir, sin tintas.
El mantillo de cartón también atraerá a las lombrices de tierra y otros microorganismos que mordisquean la celulosa. Entre sus idas y venidas descompactan y airean el suelo. Por lo tanto, tendrás un suelo vivo, aireado y fácil de trabajar desde el comienzo de la primavera.
Si la naturaleza se ha apoderado realmente de la tierra, ésta se cubre de plantas no deseadas y los primeros centímetros de la tierra albergan muchas raíces enmarañadas (como las de las ortigas, por ejemplo). Descompactar con una pala de dientes. Romper los terrones con un gancho o una garra para estiércol y quitar tantas raíces como sea posible. Afina el trabajo con un rastrillo.
Trabajar el suelo lo menos posible
Observando la naturaleza, especialmente los bosques, los científicos han descubierto que las semillas producidas por los árboles caen al suelo, germinan y se enraízan fácilmente sin ayuda externa. Esto se debe a la calidad del suelo del bosque, que a menudo es rico y fértil. Está compuesto de humus que se produce por la degradación natural de los desechos de plantas y animales.
Se trata de un suelo vivo que contiene una microfauna extremadamente variada; bacterias, hongos, algas, nemátodos, lombrices de tierra, pseudoescorpiones, etc. Son estos organismos los que transforman los desechos en humus y por lo tanto en materia nutritiva que puede ser asimilada por las plantas. Sin ellos, las plantas no podrían alimentarse por sí mismas. Por lo tanto, el papel de esta microfauna es esencial.
Así que cuando aras o revuelves un suelo, entierras los microorganismos de la superficie, que luego morirán y ya no desempeñarán su papel en la degradación de la materia orgánica. Lo mismo ocurre con los microorganismos de las profundidades, que morirán cuando lleguen a la superficie y, por lo tanto, ya no podrán desempeñar su papel en la degradación de la materia orgánica. Por eso es muy importante no dar vuelta la tierra, solo se debe aflojar.
No arar la tierra
Muchas prácticas agrícolas y de jardinería dañan la vida del suelo e incluso pueden acabar haciéndolo estéril. Por lo tanto en los cultivos orgánicos, se debe evitar la labranza profunda y el arado en particular porque:
- Expone el suelo al aire, al frío y a la sequía y, por lo tanto, mata muchos microorganismos y animales que contribuyen a la fertilidad del suelo.
- También produce miles de semillas latentes de hierbas indeseables que sólo necesitan un poco de luz para germinar en masa.
- El suelo se empobrece y se cubre de plantas no deseadas en detrimento de los cultivos.
- Entonces requiere más fertilizante, deshierbe y trabajo.
Mejorar el suelo con mantillo orgánico
El suelo de la huerta orgánica debe ser a imagen y semejanza de la naturaleza, el suelo nunca debe quedar desnudo. Una condición esencial para mantenerlo vivo y fértil. El mulching (o mantillo) es entonces una excelente manera de cubrir el suelo, pero también de mejorarlo.
El mantillo consiste en cubrir el suelo con material orgánico:
- Protege el suelo de las inclemencias del tiempo que lo arrastran y de las variaciones de temperatura.
- Reduce la necesidad de regar limitando la evaporación.
- Enriquece el suelo con humus a medida que se descompone.
- Favorece la presencia de insectos auxiliares como las lombrices de tierra cuyas galerías mejoran la aireación del suelo.
¿De qué está hecho el mantillo?
- Restos de césped, que es rico en nitrógeno
- Restos de poda de jardinería, también ricos en nitrógeno (no pongas plantas que hayan florecido o sembrado semillas)
- Las hojas muertas, que traerán material carbonoso. Cuidado con las hojas gruesas (magnolia grandiflora) que se degradan mal, o ricas en taninos (roble o pino).
- Heno, rico en nitrógeno o paja rica en carbono
- El BRF (madera de rameal fragmentada) proporciona carbono al principio y luego nitrógeno una vez compostado. Triturando finamente los residuos de la poda se obtiene un buen BRF.
Sin embargo, la compra de mantillo comercial puede compensar la falta de materiales «caseros».
Nota: si cultivas en tu balcón, recuerda cubrir con mantillo tus macetas y jardineras también.
Compost para mejorar el suelo
El uso de compost es imprescindible en la huerta orgánica, tiene grandes beneficios para el suelo y las plantas:
- Mejora la fertilidad y la naturaleza del suelo a largo plazo, liberando sus beneficios gradualmente.
- Mejora la estructura del suelo
- Permite una mejor permeabilidad del agua y del aire (especialmente en suelos arcillosos).
- Ofrece una mejor retención de agua (especialmente en suelos arenosos).
- Proporciona nutrientes
- Corrige la acidez del suelo
- Aumenta la biodiversidad y la actividad biológica
- Limita el desarrollo de patógenos
- Promueve relaciones simbióticas (vínculos beneficiosos entre plantas, micro fauna, bacterias y hongos).
El único equipo que se necesitas es un compostador, que puedes hacer tú mismo o comprarlo en una tienda. Hay muchos modelos de compostadores, adaptados a todas las necesidades y a todas las superficies, incluso las más pequeñas:
El clásico contenedor de abono: de madera o plástico, de 200 a 900 L según tus necesidades.
El compostador de la cocina: más compacto e ideal para el compostaje incluso en los apartamentos.
El vermicompostador: que utiliza la acción de los gusanos para acelerar la descomposición de los residuos. Aquí puedes aprender más sobre cómo hacer y utilizar el vermicompost.
Nota: el tiempo necesario para hacer un buen abono varía según su composición. Va desde unos pocos meses a dos años. Tu abono está listo para ser usado cuando parezca un bonito abono negro.
¿Cómo se hace el compost? En este enlace te enseñamos todo sobre cómo hacer y usar compost orgánico.
Mejorando su suelo con abonos verdes
Algunas plantas que crecen en el jardín se llaman «abonos verdes», no se cultivan para ser consumidas, sino por su capacidad de mejorar la fertilidad del suelo y así alimentar a otras plantas del jardín. Generalmente se utilizan plantas de hoja, como acelga, lechuga, espinaca, hojas de repollo,etc.
Los abonos verdes son particularmente útiles para mejorar el suelo en la huerta orgánica. Sembrados antes o después de los cultivos, los abonos verdes permiten en primer lugar no dejar nunca el suelo desnudo. Luego son segados y dejados para que se descompongan en el lugar, sobre el suelo de la huerta, al igual que el mantillo.
Sus ventajas son múltiples
- Durante su crecimiento, sus raíces participan en la aireación del suelo, esencial para su fertilidad y permeabilidad.
- Algunos abonos verdes tienen la capacidad de fijar el nitrógeno del aire en el suelo, alimentando así a otras plantas.
- Otros abonos verdes son capaces de asimilar el potasio y el fósforo de las partículas rocosas del suelo antes de liberarlos cuando se descomponen.
Estos tres elementos son esenciales para el crecimiento de las plantas. Para resumir:
- El nitrógeno promoverá el desarrollo de la madera y las hojas.
- El fósforo facilitará el crecimiento de las raíces.
- La potasa promueve la floración y por lo tanto la fructificación.
Son estos tres elementos los que se encuentran bajo el famoso nombre de NPK en los fertilizantes comerciales (N: nitrógeno, P: fósforo, K: potasa). Nota: si los fertilizantes verdes mejoran efectivamente el suelo, la rotación de cultivos sigue siendo una técnica recomendada.
Rotación de cultivos para preservar el suelo
La rotación de cultivos es un método muy antiguo, casi olvidado hoy en día. Como lo dice la palabra, consiste en rotar los cultivos año tras año.
La idea es no repetir los mismos lugares de cultivo para la misma familia de plantas, por ejemplo, donde cultivamos tomates, al año siguiente podemos sembrar legumbres, o donde sembramos maíz, podemos sembrar repollos.
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Esto se debe hacer para preservar e incluso aportar nutrientes al suelo, las legumbres aportan nitrógeno cuando están plantadas, sin embargo las calabazas absorben mucho nitrógeno, entonces podemos plantar calabazas donde el año anterior se cultivó legumbres o viceversa.