Sea cual sea la época del año, es una buena idea invertir en uno mismo y hacer todo lo posible para apoyar y fortalecer la salud. Dos cosas importantes que puedes hacer son reforzar tu sistema nervioso y tu sistema inmunitario. La dieta y la nutrición son formas eficaces y sencillas de hacerlo. Y no olvides que el 70% de tu sistema inmunitario vive en el intestino, así que mantén sano tu microbioma.

Ayudar al sistema nervioso
El sistema nervioso consta de dos divisiones principales: la simpática (lucha o huida) y la parasimpática (descanso y digestión). Sentirse estresado, temeroso o ansioso nos pone en el modo de lucha o huida, que prepara al cuerpo para reaccionar ante una amenaza o factor estresante.
Nuestros músculos se contraen, los vasos sanguíneos se contraen y el flujo sanguíneo se desplaza hacia nuestras extremidades, dándonos la energía necesaria para escapar de la amenaza. La digestión, la reproducción y el sistema inmunitario se desactivan, ya que no son importantes en el modo de lucha o huida, sino mantenerse con vida.
La división parasimpática es la opuesta a la simpática. Controla el cuerpo en reposo. Hace que los músculos se relajen, que el ritmo cardíaco disminuya y ayuda a mantener la homeostasis en el cuerpo.
Sin factores estresantes ni amenazas, el cuerpo es capaz de digerir eficazmente los alimentos, mantener el equilibrio hormonal y un lugar seguro para crear y hacer crecer un bebé, y mantener un sistema inmunitario fuerte.
Para apoyar y reforzar el sistema inmunitario, es imprescindible pasar más tiempo en el modo parasimpático. El yoga, la meditación, un baño caliente con sales de Epsom o pasear por la naturaleza son formas estupendas de estimular el sistema parasimpático. El sueño constante y de calidad es igualmente importante. Por último, se debe reducir el consumo excesivo de cafeína, ya que puede activar el sistema de lucha o huida.
Cómo reforzar el sistema inmunitario

La dieta es la forma más sencilla de reforzar y mantener sano el sistema inmunitario. No sólo puedes hacer cambios sencillos, sino que éstos tendrán un efecto inmediato en tu sistema inmunitario.
En primer lugar, elimina los alimentos que desencadenan una respuesta física como dolor de cabeza, niebla cerebral, hinchazón, fatiga o que producen esa sensación de colapso y ardor. Debes sentirte con energía y ligero después de comer, no pesado e hinchado.
Céntrate en una variedad de verduras y frutas frescas, proteínas de buena calidad y grasas saludables. Los microgreens o microverduras son especialmente fantásticos por su alto contenido en nutrientes que refuerzan el sistema inmunitario.
Además, hay ciertos nutrientes que favorecen y refuerzan el sistema inmunitario. Considera la posibilidad de tomar suplementos si tu dieta no incluye una variedad de los alimentos que se indican a continuación:
Vitamina D: salmón, trucha, sardinas, arenque, setas, leche/yogur enriquecido, huevos. Sin embargo, puede ser difícil obtener una cantidad suficiente a partir de los alimentos, por lo que es mejor hacerse pruebas y tomar suplementos si tienes un nivel bajo.
Vitamina C: pimientos, cítricos, piña, verduras de hoja verde, boniato.
Vitamina A: alimentos ricos en betacaroteno, que debería convertirse en vitamina A (pero no siempre lo hace): zanahorias, calabaza, boniato, verduras de hoja verde, pomelo. Los alimentos ricos en vitamina A son la carne, el pescado y el hígado.
Zinc: semillas de calabaza, ostras, ternera, cordero, semillas de cáñamo, nueces, lentejas y setas.
Prebióticos / Probióticos: Yogurt natural, kéfir, chucrut, avena, alcachofas, ajo y cebollas.
Omega-3: pescado como el salmón, la caballa, las anchoas, las sardinas y el arenque.
Por último, incluye estos otros alimentos que refuerzan y estimulan el sistema inmunitario en tus comidas diarias. El ajo, el jengibre, las setas comestibles y la cúrcuma son antiinflamatorios, antibacterianos y refuerzan el sistema inmunitario. Empieza el día con una bebida que refuerce el sistema inmunitario.
Puedes preparar una taza de té casero hirviendo agua con 2,5 cm de jengibre picado y añadiendo zumo de limón recién exprimido y un toque de miel orgánica.
O puedes machacar y picar un diente de ajo y dejarlo reposar durante 10 minutos antes de ingerirlo con un vaso de agua (¡si lo masticas sabrás y olerás a ajo todo el día!).
RELACIONADO: Alimentos para estimular el sistema inmunológico
Comparte en tus redes: