A las rosas les encanta el agua. La cantidad correcta de agua les ayuda a crecer y favorece unas flores grandes y duraderas, de colores intensos y pétalos gruesos y resistentes. El agua transporta los nutrientes a la rosa a través de las raíces y las hojas. A continuación te enseñamos los pasos para regar rosas de la manera adecuada para que florezcan sin parar.
Cómo regar Rosas adecuadamente
Riega las rosas a primera hora del día, a ras de suelo, para prevenir enfermedades como la mancha negra.
Evita mojar sistemáticamente el follaje, sobre todo si está nublado. Esto puede favorecer y propagar enfermedades.
Una vez a la semana, rocía el rosal con agua si es necesario y sólo en un día soleado. Una boquilla pulverizadora proporcionará la fuerza suficiente para limpiar las hojas de polvo, suciedad, arañas rojas y otros insectos.
El suelo, la temperatura y las plantas circundantes influyen en la cantidad de agua que necesita un rosal. En climas templados, el riego semanal suele ser suficiente, regar con 15 litros por semana puede ser todo lo que se necesite.
Si el suelo es arenoso o el jardín es caluroso, seco o ventoso, puede ser necesario regar con más frecuencia. Si el suelo retiene mucha humedad, ten cuidado de no regar en exceso, ya que el exceso de agua puede favorecer la pudrición de las raíces.
El mejor cuidado para sus plantas es regar en profundidad para conseguir un sistema radicular profundo. Un riego ligero dará lugar a raíces poco profundas, lo que hará que la planta sea más susceptible a los efectos del calor del verano y las heladas del invierno. Por tanto, riega tus Rosas despacio y en profundidad.
Prueba la tierra con el dedo para saber cuándo regar. Si a unos pocos centímetros de profundidad el suelo se siente completamente seco, las plantas necesitan más agua. Si está embarrado, puede que haya demasiada agua o que el drenaje sea insuficiente. Si la tierra está húmeda, eso indicará que el riego es el adecuado.
Otro indicador de riego excesivo son las hojas amarillentas y blandas. Las hojas amarillentas, secas y crujientes pueden indicar un riego insuficiente.
Regar Rosas en macetas
Presta más atención a las rosas cultivadas en macetas que a las cultivadas directamente en el jardín porque tienen menos tierra de la que extraer humedad.
Comprueba la humedad de la maceta al menos cada uno o dos días durante el verano para determinar la frecuencia con la que debes regar las rosas (todos los días si hace calor o viento).
Las macetas sin esmaltar pierden humedad al aire más rápidamente que las de plástico o cerámica esmaltada. También puedes poner un recipiente dentro de otro para reducir la pérdida de humedad, pero asegúrate de que el recipiente exterior tenga agujeros de drenaje.
Utiliza mantillo para ahorrar agua
Una forma estupenda de ahorrar hasta un 50% de agua es colocar mantillo. Una capa de mantillo de 5 cm mantiene las malas hierbas a raya, conserva la humedad por mas tiempo y enfría el suelo, reduciendo la temperatura entre 10 y 20 grados.
Compra mantillo en tu vivero o utiliza el que tengas a mano. El papel de periódico, triturado o colocado en láminas, anclado con tierra, mantendrá a raya las malas hierbas y retendrá la humedad.
El serrín envejecido (compostado durante un año para evitar la pérdida de nitrógeno), los recortes de hierba sin herbicidas, el compost, el heno y el estiércol de caballo envejecido también son buenas opciones.
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